[BIO] Zold

Nombre: Zold

Edad: 21 años

Talla: 1.83 m.

Peso: 87 Kg.

Le gusta: Cualquier desafío.

No le gusta: Los cobardes.

Frase Favorita: "Lo que esta escrito en el libreto del destino no es visible; pero con un arco robusto, una flecha verdadera, y un corazón valiente, viajamos adelante en busca de aventura"

Descripción: Fiel devoto de la diosa Ocra.

Nací un helado día del mes de septango bajo la protección de Raval, desgraciadamente ese mismo día mi madre falleció, muchos años después me contaron que los alquimistas no pudieron hacer nada para salvarla, el embarazo era demasiado peligroso y aun así ella decidió arriesgarse; mi padre siempre me contaba que era la ocra más hermosa que ha existido jamás que su sonrisa hacia que las nubes se disiparan y el sol hiciera brillar su cabello castaño, y claro sus ojos... el siempre ha comentado que tengo sus ojos, verdes y brillantes, como si mostraran la llama de su wakfu que ahora vive en mi, y me gusta pensar que tiene razón y por eso lucho por hacer que cada día su sacrificio valga la pena; pero... ¿en qué estaba...? ah cierto mi historia...
Toda mi infancia la viví al lado de mi padre un ocra fuerte y certero, el mejor que he conocido jamás; a pesar de todo el sufrimiento que le causo la muerte de mi madre jamás se dejo vencer y aunque a veces lo escuchaba llorar en secreto en su habitación siempre que despertaba por alguna pesadilla recurrente el corría a mi habitación y con una sonrisa en el rostro me decía que todo estaría bien y me cantaba hasta que durmiera.
Años después, en mi decimosexto cumpleaños, después de haber aprendido todo lo posible de mi padre, este apoyo mi idea de salir a explorar el mundo de los doce, pues decía que un espíritu como el mio era imposible de retener en cuatro paredes... antes de marcharme me entrego un amuleto, era de mi madre, el cual hasta el día de hoy llevo atado al cuello, cerca de mi corazón.
Por muchos años crucé, de norte a sur y de este a oeste, el mundo de los doce con la única compañía de mi fiel amigo Muffyn un dragopavo, algo tonto debo de confesar, pero el cual siempre ha estado a mi lado; hasta que un día, entrenando en los templos contra esas curiosas criaturas llamadas dopels, me tope por casualidades del destino con un miembro del afamado clan mercenario "colmillo negro", el me puso en contacto con la líder de este, una yopuka algo obstinada, pero simpática y alegre, de la cual me volví amigo rápidamente.
Pero hoy en día no es solo el clan mercenario al que me uní, hoy es más que eso, hoy es mi casa, mi hogar.
Pero este no es el final de una historia, no...
Es tan solo el principio.